viernes, 28 de noviembre de 2008

Olor a Gas


Lulú hacía un camino de agujas en su cama.
- es que están sonando las campanas, repetía como un salmo,
llevándose un mechón de pelos hasta sus labios cuarteados.

En tanto, al otro lado de la habitación,
el azul escarmentaba en sus bordes
y Adrián tomaba de su corazón un artificio,
transgredía su carne, hasta poseer algo más.

Miró a Lulú.
(la puerta cerrada. las medicinas esparcidas por el suelo.
Era delicioso saber que los nombres estaban perdidos
en las paredes de la habitación.)

Ella todavía enhebraba las agujas como amores,
como gorriones disecados.

No había inocencia en eso.

Adrián alzó su nariz, como un sabueso,
frenó sus dedos en los lienzos tersos, fragmetados,
en el aire que parecía cuarzo.

Percibió el olor a gas.
Percibió los caminos torcidos.

Lulú seguía absorta,
sus colores tornaban salvajes
aquellas campanas que pugnaban por existir...

La ventana estaba cerrada.

Adrián sacó su encendedor y un cigarrillo.
Se dispuso a encenderlo.

lunes, 24 de noviembre de 2008

Donde la brújula termina


del nombre obseso,
el deseo cual barcos rompiendo el horizonte y hundiéndolo...

de las raíces que hecha el volcán,
como aquella acuarela que se despeña en tu vientre
y atesora primaveras,
como el ojo de la tormenta
al que te aferras...

Es el norte que en la brújula
termina.

No engañes a los muertos.
No podrás.



domingo, 23 de noviembre de 2008

el destino


a los peces que bordéas
ahogado,
labrado su fortuna
en el topacio,
y en alcanfor
oculta;

es el enemigo escribiendo
con puño nervioso
y en página rota,
tu historia
malversada
e irrestricta en crípticas alondras

el lazo


y si el alba se acerca
explotando en tenue acuarela
a través de tus ojos que, frágiles, no cierran
en ámbar y carmesí,
entonces entenderás, tal vez,
que la madrugada
es un lazo invisible
que te une a los astros,

entenderás que la aurora
es el secreto
que tu sola guardas
en tu nocturna melodía.

a veces los ángeles no pueden tener cerrados
sus ojos mucho tiempo...
hay demasiadas cosas q ver...


para Gi.

sábado, 22 de noviembre de 2008

DoblEs, extRañas FigUras


como un persoaje
labrado en silicio,
de primaveras en que explote fatal;
una figura de cera
que sepa leer
en las líneas de las manos
y que a través de primitivas gotas,
la extraña lumbre,
su voz mineral
bifurque el infinito...

morfina/mineral


tramos de morfina
de árboles que gritan calcáreos
un número que, imperfecto,
florece
cómplice.

y en las texturas
en que muere una golondrina
desolada,
como si el aire experimentara mineral,
un garabato,
como turbios dedos en morfina,
pinta ceremonias,
ouija
y el jardín llena de ecos...

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Misión


El ángel bajó
y abrió los ojos del niño sonámbulo que,
brutal,
seccionaba una alondra
a la orilla de un castillo,
al pie de un mar en llamas.

Pero el ángel
no pudo abrir
sus propios ojos.

Café


y su corazón comenzó a explotar
en sustancias extrañas,
vacío de golondrinas.

Miró a Lulú que, despreocupada, jugaba con el azar
y llenaba la habitación de páginas tornasoladas.

Adrián no pudo llorar,
su voz se fué en una pompa de jabón,
su pulso se extendió en los jazmines que habían en un jarrón...

Pensó que, tal vez, tendría que pintar
una poesía parda
o la sombra de Lulú,
algo que agotara el vidrio molido que flotaba en su café.

Comenzó a sudar.

Lulú lo miró y sacó la lengua.

martes, 18 de noviembre de 2008

Sustancia/sonido


el ritmo dual,
en capricornio,
mientras como oro
fluye un río
que no puedo tocar.

y como último refugio
la curva del sol,
paralela al frenesí de mi pulso,
la muerte de mis sonidos.

somos solo sustancias extrañas...

domingo, 16 de noviembre de 2008

Máquinas/carne


Como dados en la ruleta,
los duendes
jugando mecánicos
en el vacío que deja
el terso flagelo de la carne,
vaho cual llave del laberito.

Son pálpitos
de un solo deseo
métalico
como vidrio corriendo por las venas.

Y su sonido:
el eco de las máquinas
en una caverna,
arrancándose a dentelladas
los secretos...

Máquinas/everything in its right place


Si en ébano crece
urgente,
escribiendo los nombres que agonizan,
una flor metálica de canciones azules
y opacos pétalos
que, cual máscaras,
dan vida al aire;

Si en ébano respira
el hechizo entreabierto
que, en sus vértebras de cobre,
el alba oculta;

Los números,
El lenguaje,
La vida,

serán otros.
Y de otros.

domingo, 9 de noviembre de 2008

Cuidando a Lulú


Adrián escribía unas luces en su cuarto menguante.
Pensaba hacerlo antes de que cayera el telón.

Lulú volvía a encerrar clarividencia en los nombres.
Era un juego que acostumbraba.
No era magia.

No eran débiles.
Pero a la deriva dormían siempre, todo en una misma habitación
y en los monosílabos fraternales.

Lulú era pequeña y masticaba chicles usados, llenos de hormigas.

Adrian tenía un sombrero de copa y un baúl lleno de pompas de jabón.

A veces, mataban los duendes que se escondían bajo sus camas.
Esto se daba sobre todo cuando Adrián no conseguía hadas para mimar
o algo para leer a su hermana.

Nunca morían, a pesar de que las Parcas, llenas de envidia,
cortaban, todos los días, los hilos en la habitación...

viernes, 7 de noviembre de 2008

Alquimia/el sueño de los metales


el fulgor que en sus colores
anestesia
el susurro de los metales
como danzando
velados por la seda.

y las gotas del ópalo
como cadenas
llevando el sueño de los metales
en ecos,
bucles que dibuja en pánico
el pulso,
el acto extremo.