viernes, 29 de febrero de 2008

La ciudad en llamas

ilumina
las calles la rabia infinita,
diàfana niña
encendiendo las esquinas.
Lùcida, dulce,
encuentra su sentencia:
la ciudad en llamas
cual muerte por arma blanca.
Ilumina,
desde el cristal y la distancia,
una pizca de hambre,
una pizca de droga que calme.

No hay comentarios: