domingo, 24 de febrero de 2008

Velocidad

desde rabia musical,
incesante, agobiante,
como arcàngeles bajo las piedras,
hechas trizas sus armaduras
o aves estrellando sus huesos
sobre la hoja en blanco.
Es la sola velocidad,
la respiraciòn brutal tras la nuca...
al fin y al cabo
siempre levantàndome,
sucio,
en la otra orilla.

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