
Hablamos del espíritu quirúrgico:
un sol en cuarto menguante,
apenas malsano,
apenas brillante,
y abandonado febril
sobre una playa extraña,
creciendo como una frase de amapola
de entre sus arenas...
El espíritu quirúrgico
que habla desde la carne flagelada
dispuesta siempre a traicionar,
inclusive a los huesos que rodea...
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