
Hastiados del viento, sus giros,
rabiosos niños de plástico,
amarillos,
sigilosos títeres que se insinúan perfectos
en nombre de la tentación,
y siguiendo el camino, crípticos,
cajas de Pandora
donde el demonio ha depositado su ardor.
Son juguetes inmortales,
colores como estigmas,
siguiendo letra por letra
las dolorosas calles del Edén.
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