lunes, 19 de mayo de 2008

The beautifull ones


De los ángeles que ya no tienen ningún pavor
bajando por hilos el sol cada mañana
hasta los valles donde sumerge la amnesia
y crecen unicornios como críptica hierba presta a ahorcar.
De los ángeles que no creen en musas
y sucios harapos bailan solitarios e inmensos,
y beben de los mares sus fatalidades
como bellos artificios, regalos del odio.
De los ángeles que aman arlequines
y duros pisos donde reposar
solo minutos.
De ellos no hay que hablar...

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