De las ceniza el viento volvió,
alucinado,
travestido,
emigrando a vacíos rincones de azul
cual pintado con azuzenas
y veloz ahora se lleva
el brillo de imperios de cristal,
los finales abruptos,
los pensamientos impuros.
Vuelve cual esperanza,
nos atrapa dormidos,
soñando laberintos
y por fin así podemos escribir
la palabra que importa,
el número por el que comenzamos.
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