De las vírgenes sombrías
que habitan los portentos del suicidio
cual grises girasoles y jade,
deslumbrando.
De pristinas pastillas, siempre marcando la ruta,
enormes fuegos fatuos,
quebradizos.
Y así los susurros
a través de las piedras
llevando la poesía de vírgenes y pastillas,
solo un secreto,
una exquisita ciencia.
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