miércoles, 23 de abril de 2008

El blanco de tus ojos.

Y si una sola lágrima
brota
dividida, iluminada en su ira
y rompe las tablas, su aurora,
es el blanco de tus ojos,
el ahogarse de su temple,
difunta revelación
y fragancia que voraz acentúa.
Es someter el borde, el hielo,
un destello que finge bajo el desierto.

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