Y las extrañas siluetas
de rojos duendes,
quìmicos y erràticos,
bailando en el brillo cobalto de tus ojos...
Y estallando lila
el miedo
apoderàndose de todo
en el frenètico retorno
a tus perversas,
magnìficas fragancias...
Y asi
vuelves a partir,
elegante,
abiertas tus alas enmascaradas
a nuevas, màgicas palabras...
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