miércoles, 26 de marzo de 2008

Su orgullosa soledad

Turbio es mi océano, granito,
y el perturbador grito alucinado que,
sobre mi frente,
castiga la libélula...
Abriendo sus alas
en hipnótica, ámbar melodía,
soy hecatombe,
luminosa anarquía,
que en cobrizos pétalos
lleva a cenizas los templos.

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